Las grandes superficies lo saben. Los estudios de mercado han revelado que los clientes suelen comprar las frutas mirando más con los ojos que con el cerebro y por eso posicionan en sus estanterías las frutas más perfectas. Los alimentos bonitos se venden mejor. El resto son descartados gracias a la sobreabundancia.
Un porcentaje muy alto de desperdicio se produce en las etapas de post-cosecha y procesamiento, que es donde se rechazan las frutas que no cumplen con los cánones estéticos que exige la normativa y que pide el consumidor
En el caso de las frutas son descartadas por poca brillantez, manchas, deformidades, o por calibres frecuentemente de la bolsa de la compra. Es un tema psicológico, ya que la ciencia demuestra que, mantienen sus propiedades, nutrientes, y sabor, pero así ocurre con los miembros menos hermosos de esta familia de alimentos. Esto provoca un desperdicio de alimentación innecesario en los países más desarrollados.
En Color Naranja, no despreciamos aquellas frutas que por su calibre o apariencia no admite cierto tipo de mercado y facilitamos comer bien a mejor precio.
La calidad está en el interior.
La única diferencia está en lo que vas a pagar por esta fruta.